miércoles, 1 de agosto de 2018

Tarnished Crown (Erin Watt) En Español - Capítulo 18



Gideon

Presente

Cuando llegamos al parque, el Bugatti de Steve se encontraba en el estacionamiento. Hay una multitud de adolescentes con sus padres, parados y mirando boquiabiertos. Steve está en el asiento del conductor, disfrutando de la atención. Me pregunto qué hará Dinah con el auto cuando Steve esté en prisión. Probablemente se grabe arrojándolo desde un acantilado hacia su feroz y costosa muerte.

“¿Qué crees que quiera?” pregunta Sav. A pesar de que su tono neutro, puedo decir por su rigidez que se encuentra incómoda.

Ya somos dos.

“Quien sabe.”

“¿No deberías llamar a tu papá?”

“No. Me diría que me mantenga alejado.”

“¿Y eso es un mal consejo porque?”

“Te invité a un picnic en el parque. No vamos a permitir que Steve nos dirija.”

Dándole una leve sonrisa, estaciono el Rover junto a un enorme Suburban y le hago un movimiento a Sav para que espere mientras salgo y rodeo el frente de la camioneta para ayudarla a salir. Cruzando el estacionamiento, espío a Steve saliendo de su propio vehículo.

Él responde algunas preguntas sobre su carro, señala a mi dirección, y se marcha dejando rostros decepcionados detrás de él.

“¿Puedes tomar nuestro almuerzo?” le pregunto a Sav.

“¿Realmente no vas a ver qué es lo que quiere?”

“Nop.” No le voy a hacer esto fácil a Steve. Estoy aquí para una cita con Sav. Él debe acomodarse a mí, no al revés.

“La rutina de evadir nunca funcionó. Créeme. Lo he intentado y nunca funcionó, no alrededor de la gente persistente.” Ella sonríe levemente.

Una sonrisa reacia aparece en mis labios porque sé que se refiere a mí. “Culpable de los cargos, pero espero que eso sea lo único que tenga en común con Steve.”

Se supone que debe ser una broma, pero nadie se está riendo. Steve mató a una mujer, por el amor de Dios. “¿Muy pronto?” digo irónicamente.

Pero Steve está sobre nosotros antes de que ella responda.

“Gideon, ¿cómo estás muchacho?” levanta su cabeza. “¿Y quién es ella?”

“Savannah.” No me molesto por presentarla apropiadamente, lo cual es una grave falta a los modales. Si mamá estuviera aquí, me daría un lapo. De nuevo, si mamá estuviera aquí, probablemente estaría recién salida de la cama de Steve ya que los dos aparentemente tuvieron un affair a espaldas de mi papá.

“Espera un segundo,” le digo a Sav. “Voy a sacar el resto de las cosas de la maletera. Steve, si tienes algo que pregúntame, hazlo ahora.”

Camino hacia la parte trasera del Rover y agarro la polera extra, las bebidas, y un pequeño regalo que tengo para Sav. Me perdí muchos cumpleaños y festividades, así que quiero hacer las paces con ella.  

“¿Por qué no damos un paseo?” sugiere Steve. “No hay necesidad de involucrar a jovencitas inocentes en los asuntos de la familia.” El dirige una mirada no muy inocente hacia Savannah.

Azoto la puerta y me paro al lado de Savannah. “Lo que sea que quieras preguntar, Sav puede escuchar. No le guardo secretos.”

Steve levanta las cejas. “Sabes, cuando empecé a caminar no te había reconocido, señorita Montgomery.”

Sav pasa conscientemente una mano sobre sus rizos. “Tal vez es por mi cabello. Solía lacearlo.” Su frente se arruga. “No, es algo más.” Una sonrisa traviesa se estira por todo su rostro, “Tal vez te confundí con alguien más.”

En ese momento me di cuenta que él había visto las fotos. No sé si Dinah se las mostró o el rebusco en sus cosas, pero él lo sabe. Él lo sabe y está visualizando a mi dulce Savannah sin ropa.

Busco a tiendas mi billetera, saco un billete de veinte, y se lo entrego a Sav. “Hay un puesto de comida ahí.” Señalo a un pequeño edificio blanco. “¿Puedes comprarme un agua? Quería pedir una botella en el restaurante, pero me olvidé.”

Sav se estira lentamente para tomar el billete.

“Por favor,” agrego, preguntándome qué tan desesperado sueno.

Ella me mira incómodamente y luego a Steve. “Seguro,” dice, y finalmente se va.

Los ojos de Steve están pegados a su espalda.

“Sigue mirando su culo y mi puño estará en tu cara,” gruño.

Su expresión se queda en blanco cuando se vuelve hacia mí. “Es un buen culo, me parece. Se ve más bonito cuando no tiene nada que lo cubra.”

Dejo caer las cosas al suelo y arrojo mi puño al aire, pero Steve lo atrapa antes de que pueda aterrizar en cualquier lugar cerca de él.

“Creí que no le guardabas secretos a tu chica, pero supongo que mentiste sobre eso. No te preocupes. Te entiendo. Yo miento, también, para salvar a la gente de salir herida.” Él suelta mi muñeca.

Lo golpeo. Es un golpe corto sin mucha energía, pero me da una gran satisfacción ver que la cabeza se le cae a un costado.

El rostro de Steve se endurece. Él retrocede, sosteniendo su mandíbula. “Te lo dejaré pasar esta vez, chico, pero golpéame de nuevo y tu chica recibirá el castigo.”

“¿Qué es lo que quieres?” pregunto a través de mis dientes ajustados.

“Quiero que testifiques ante el jurado. Sé lo que Dinah te ha hecho, chantajeándote para meterte en su cama. Ella todavía te acecha, incluso aquí en State. Testifica en mi juicio sobre cómo ella y Brooke conspiraron para dañar a tu familia.

Preferiría comer una serpiente entera que revelar estos secretos en la corte. “¿Por qué debería?”

Él encoge los hombros. “Porque tengo un paquete lleno de fotografías de tu linda novia.”

Una ola de ira, rabia y frustración me hace callar por un momento. “Ella tiene dieciocho,” digo finalmente. “El estatuto de los cargos por pornografía infantil han pasado.”

Sus labios se mueven hacia arriba. “¿Quién dijo algo sobre cargos criminales? Yo diría que la vergüenza pública de tener un desnudo por todo el mundo para que cualquier idiota con internet pueda verlo, supera a una pequeña condena por el sexting entre dos adolescentes calientes.”

Lo golpearía de nuevo, pero por el rabillo del ojo, veo a Sav acercándose.

“El reloj avanza,” dice Steve. Él, también, ve a Savannah.

Quiero dejar el pasado atrás, pero parece que no puedo. El camino se bifurca aquí. Una dirección, me arrastro detrás de Steve, recolectando basura y tragando el veneno. Por el otro, me sincero con Savannah, verla dolida otra vez, y tal vez nunca me vaya a perdonar esa traición.

Incluso si no hubiera filtrado las fotos intencionalmente, aún estaban en mi teléfono cuando Dinah lo tomó. Debí haberlas borrado inmediatamente. Debí haber hecho algo para proteger a Sav, pero testificar a favor de Steve no va a resolver ningún problema. Solo crearían más. Lo sé ahora.

“No. No te voy a ayudar,” le digo.

Sav se desliza a mi lado. Tomo su suave y delicada mano con la mía.

“Lamento escuchar eso.” El mueve su cabeza hacia Sav. “Gusto en conocerla, señorita Montgomery. Gideon, si cambias de idea, ya sabes dónde encontrarme.”

Sintiéndome tenso, lo observé marcharse. Se detuvo al final de mi Rover y dio una palmada sobre la puerta trasera. Sin voltearse, dijo con una voz clara y fuerte, “Creo que debes comprar nuevos neumáticos. Algunos que no hayan sufrido mucho desgaste.”

Corro detrás de él. Savannah grita mi nombre, pero estoy demasiado lejos. Alcanzo a Steve en dos pasos, agarro su hombro y giro alrededor de él. Golpeo mi puño sobre su boca. Sus dientes chocan fuertemente sobre mis nudillos. Retrocedo para darle otro golpe, solo para sentir dos pequeñas manos tirando de mi brazo.

“Detente. ¡Detente!” Savannah llora.

Steve sacude su cabeza. La sangre cae por el borde de su boca. “Te dije que solo tienes un tiro libre, muchacho.”

Extiendo los brazos. “Adelante, viejo.”

Él retrocede y mueve un dedo hacia mí. “Hay mejores maneras para hacer daño a alguien que dándole un golpe. Hay algo que los chicos Royal aún no han aprendido. El Señor sabe que traté de enseñarles, pero tomas demasiado de tu padre.” Él sonríe. “Tu madre sabía cómo vengarse. Deberías tomar una lección de su libro.”

Quiero lanzarme sobre Steve y golpear su rostro hasta que no quede nada más que una masa, pero Sav me tira hacia atrás.

“Esto no está ayudando,” ella murmura en advertencia.

Sus palabras cortan mi enojo. Eso y la arrogancia de Steve. Probablemente tenga un policía en su bolsillo trasero listo para acusarme de asalto. Luego tendrá otro motivo para estar colgado en mi cabeza.

“Vámonos.” Tomo su mano.

Ella me sigue sin cuestionar. Detrás de nosotros, puedo jurar que Steve está riendo, pero me obligo a seguir adelante.

“Tengo algo que decirte,” digo gravemente.

“Supongo que tiene que ver con Steve.”

“Eres inteligente.” Ella hace una pausa, luego confiesa, “Me estoy sintiendo muy angustiada en este momento. ¿Puedes decirme qué está pasando o tengo que vivir con mis teorías salvajes por el resto del día?”.

Me agacho y agarro mi sudadera del suelo. “Supongo que tengo dos opciones. Es una caminata de veinte minutos hasta el lugar en el que creí que podríamos tener un buen almuerzo y pasar el rato. O podemos sentarnos en el Rover.”

Ella mira a la derecha y luego a la izquierda. “¿Qué tal si me dices aquí mismo? No hay nadie cerca.”

Miro alrededor y me doy cuenta que lo que hay más cerca de nosotros es una campo de baseball. Los jugadores están calentando, pero probablemente ninguno pueda oírnos. No es mi locación preferida para una confesión de este tamaño—se siente muy abierto. O tal vez estaría así de expuesto en cualquier lugar.”

Echo un largo vistazo al rostro de Savannah. Hay preocupación en sus ojos, pero ella no tiene la expresión tensa y de enojo que solía usar constantemente desde nuestro rompimiento.

Supongo que eso es lo que más odio—que estoy arruinando su dura lucha por la paz.

Sofocando un suspiro, me recuesto al lado del Rover y trato de hallar la mejor manera para confesarme. En mi silencio, Savannah me saca de quicio.

“¿Es sobre los selfies que te mandé y que Dinah encontró?”

“¿Qué?” la veo, completamente estupefacto. “¿Lo sabías?”

La curva de su labio se eleva en lo que se convierte una triste aproximación de una sonrisa. “¿Estabas tratando de protegerme manteniéndolo en secreto?”

Sin palabras, asiento.

Ella abraza su pecho con sus brazos. “Bueno, eso es algo, supongo. Por mucho tiempo, pensé que se las habías enseñado y así fue cómo las obtuvo.”

Maldigo. “¿Estás bromeando? No se las enseñé a nadie. Ella las tomó de mí.”

Sav inclina su cabeza y me estudia por un largo, largo momento. Ella debió llegar a una conclusión, porque asiente y dice, “Uní las piezas después de que Ella me suplicara que no dijera nada sobre ellas.”

“Espera, ¿Ella sabe sobre las fotos?” Entontes empiezo a atar cabos. “¿Por qué me sorprendo? Por supuesto que Reed se lo dijo.” Frunzo el ceño. “Pero…¿Cómo Ella sabía que tu sabías?”

“¿No te hablas con Ella?” Pequeñas arrugas aparecen en las esquinas de sus ojos azules, como si ese estuviera burlando de mi ignorancia.

No me ofendo. Ella puede reírse de mí todo lo que quiera. “No realmente. Parece que es más problemática de lo que vale.” Realmente, Ella siempre me ha llevado por el camino equivocado. Ella entró valientemente a mi casa y retorció las entrañas de mis hermanos en un pretzel.

“Reed me arrinconó en la escuela un día y me dijo que estaba equivocada sobre ti,” dijo Sav. “Que nunca hiciste nada para herirme. Y estúpidamente dije que si no hubieras querido herirme, hubieras mantenido nuestras cosas privadas en privado.”

Dejo salir el suspiro que estaba aguantando. “Y él debió haber deducido de que estaban hablando de las fotos, porque le conté sobre la amenaza de Dinah cuando me enteré de que estaba durmiendo con Brooke.”

“Es un desastre,” dice ella con un suspiro. “¿Lo que no entiendo es por qué mantuviste la boca cerrada? ¿Por qué no viniste a mí? Creí que me odiabas. Que te estabas riendo de mí a mis espaldas.”

Ella se traba y baja su mirada hacia sus pies. La miseria se arrastra hasta mi garganta. “No quería que vayas a la cárcel por enviarme esas fotografías. Debí haberlas borrado. En cambio, las guarde. Todas. Me sentí culpable y estúpido y dejé que Dinah me manipulara. Lo siento. Dios, jodidamente lo siento.”

No necesito ver su rostro para saber que hay lágrimas en sus ojos. Puedo oírlas en su voz. “Steve las vio, ¿no es cierto? ¿De eso era lo que estaba hablando cuando dijo que no deberías usar algo desgastado?”

“Sí.”

Una lágrima se filtra por debajo de sus párpados cerrados.

“Lo siento.” Hay alguna otras dos palabras más inadecuadas que lo siento.

“¿Cómo las vio?”

“No lo sé. No sabía que las había visto hasta el día de hoy. Él me pregunto si testificaría a su favor. A cambio, el no publicaría tus fotos en internet.”

El sonido que proviene de la garganta de Sav es desgarrador. Dos lágrimas más siguen a la primera.

La alcanzo y froto sus hombros. Respiro de alivio cuando no se aleja. Ella toma un par de respiraciones calmadas y profundas antes de enderezarse.

Ella sonríe, una temblorosa y tímida sonrisa. “Debí haber dejado que lo golpearas.”

“Sip.”

Ella deja salir una pequeña risa. Su expresión muestra tristeza y frustración, pero no siento que esté dirigida hacia mi.

“¿Por qué no estas molesta conmigo?” pregunto.

“¿Compartiste esas fotos con Steve?”

“No.” Nunca le dije a Reed que me las envió hasta que él me exigió saber por qué estaba durmiendo con Dinah. Su chantaje salió a la luz en una confesión borracha y confusa.

“Ok, entonces. No voy a culparte por no ser cuidadoso con tu celular cuando yo no fui cuidadosa al enviártelas.” Sav me alcanza para tomar mi mano—no para alejarme, sino para acercarme. “Además, estoy cansada de estar molesta todo el tiempo.”

El alivio que siento es tan abrumador, quiero recostarme. Pero no tenemos tiempo para eso. Steve es peligroso, pero hay una solución, otra además de la que Steve propone. “Voy a testificar si quieres, pero él va a mantener esto sobre nuestras mentes para siempre.”

Ella me mira. “¿Tienes otro plan?”

“Sí.”

Y luego le digo cuál es.

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