Hola a Todos!!!
Les cuento que estoy empezando a traducir la cuarta parte de la Saga Royals de Erin Watt: Tarnished Crown. Para quienes no conocen esta saga, déjenme decirles que es SUPER recomendable ya que es una histora juvenil en la que los protagonistas tienen ese tipo de relación entre amor y odio que a todos nos encanta. Si les interesa, le comparto la sinopsis en el siguiente link.
Es importante aclarar que esta historia no ha sido comercializada por ninguna editorial, sino que la misma Erin Watt publica un capítulo por semana en su pagina web oficial. Les dejo el enlace.
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CAPÍTULO 1
GIDEON
—¿Por qué acepté venir aquí?— me
quejé mientras veía el lugar lleno de gente. Esta fiesta era igual a las otras
cien que había asistido desde que tenía catorce y aprendí a mejorar un paseo a
partir del querido viejo garaje de papá. La música estaba ligeramente mejor
desde que la fraternidad contrató a un DJ de verdad, pero la cerveza es
mediocre y las píldoras también.
—Porque hay tragos gratis y
chicas ardientes. ¿Qué otro motivo necesitas?— respondió Cal Lonigan, uno de
mis compañeros del equipo de natación.
—Era una pregunta retórica.
—¿Has visto a esas nenas? O estás
a punto de tener una erección o te mueres dentro de tu bañador. Hay una docena
de razones para estar aquí—. Cal mueve su botella de cerveza en dirección a un
grupo de chicas.
Todas se ven iguales para mí.
Pelo suelto, vestidos diminutos y sandalias que se atan hasta los tobillos.
Creo que mi media hermana tiene un nombre para esas. ¿Sandalias romanas?
¿Sandalias griegas? Mierda, ¿realmente me importa?
No. No, no lo hace. Renuncié a
ese tipo de preocupaciones hace un tiempo atrás.
—Paso— le doy a Cal mi cerveza.
—¿Paso?— el repite incrédulo.
—¿Qué te parece ella? La asiática que está en la esquina es una gimnasta. Oí
que se puede doblar como un pretzel.
—Recontra paso— ¿Desde cuándo me
interesa follar con un pretzel?
—Estoy preocupado por ti, man—. Levanta su botella y la coloca
frente a su boca, supongo que es para evitar que los demás se den cuenta de lo
que está por decir. —¿Estas sufriendo de un encogimiento permanente?—.
Abrí mi boca para explicarle a
Cal que no pasaba nada, pero desistí. Estuvo expuesto a mucho cloro desde que
era un bebé y eso afectó a sus procesos mentales. No puedes usar eso en su
contra. —Qué bueno que nadas bien y eres guapo Cal— le di una palmada en la
espalda.
—Tú piensas que soy guapo— dice
con un chillido y, con los ojos bien abiertos, mira alrededor para ver si
alguien está escuchando. —Mira hermano, tu eres un chico hermoso también, pero
sabes que yo no nado en esa dirección, ¿entendido?
—Entendido— dije arrastrando las
palabras. —De todos modos, me voy de aquí. Esta fiesta es….
Y ahí fue cuando la vi.
Su cabello oscuro estaba lacio y sé,
por experiencia, que le toma una hora planchárselo. Sus párpados estaban
delineados nítidamente y usaba un smokey eyes en sus ojos azules, lo que
resaltaba sus labios en forma de arco de cupido. Es la máscara que ella usa
desde que terminó conmigo. La que dice que está molesta con el mundo y lista
para desquitarse con algún pobre idiota.
No tengo idea con cuantos chicos
se habrá enrollado desde que me dijo que me iba a herir del mismo modo en el
que yo la herí, pero yo sé no ha disfrutado ni una sola vez. ¿Cómo podría si su
cuerpo me pertenece, así como el mío le pertenece a ella?
—¿Quién es el dulce que estás
mirando?— pregunta Cal curioso.
—La tocas y estas muerto Lonigan—
gruño.
Dejo mi asecharla y me acerco
para averiguar qué hace Savannah Montgomery en este hoyo infernal cuando
debería estar destruyendo los sueños de los chicos de primer año en Aston Park.
Un chico de la fraternidad se
acerca a ella antes de que yo lo haga. Coloca su codo detrás de su cabeza e
intenta hacer que sus cuerpos rocen antes de que pueda escapar.
Lo agarro del hombreo. —Tu
hermano Paul está buscándote—.
El chico de polo cuello camisa y
culo asqueroso me mira y parpadea. —¿Paúl?—.
—¿Tal vez Peter? ¿Parker? Es así
de alto—. Coloco mi mano a la altura de mi barbilla —Tiene pelo rubio.
—¿Te refieres a Jason Pruitt?
—Debe ser él— Lo aparté de
Savannah de una forma poco amigable.
—Voy a tener que ocuparme de
esto— El idiota le guiña el ojo a mi chica—Pero mantén caliente el lugar a tu
lado. Regresaré.
—¿Quién es el hermano de Paul?—
una voz me habla desde atrás.
Maldita sea, Cal. —¿Qué estás
haciendo aquí?—.
—Tenía que ver quien llamó la
atención del poderoso Gideo Royal—. Extendió su enorme mano en dirección a Sav.
—Cal Lonigan. Llámame Long—.
Ella toma su mano y la sostiene
por más tiempo del que me hubiera gustado. —¿Long? ¿Es uno de esos sobrenombres
que describe lo opuesto a la realidad?—
Hago rechinar mis dientes. Es un
milagro que el esmalte no se fuera, ya que he estado apretando los molares
desde el día en que nos conocimos.
—Nah. Publicidad completamente
real. Royal puede atestiguar a mi favor. Estamos juntos en el equipo de
natación—. Se agacha para besar sus dedos. —Ahora princesa, ¿A dónde te puedo
llevar para mostrarte que tan real es mi sobrenombre?
—Ella es menor de edad— le digo
bruscamente.
—No lo soy, estúpido—. Sav aleja
su mano rápidamente. —Tengo dieciocho. Y dieciséis es la edad de consentimiento
en este estado, como tú sabrás perfectamente.
—Aléjate Cal—. Me rehuso a
llamarlo Long —Ella es mía. Tú
conoces las reglas—.
Savannah me mata con la mirada
—No soy tuya—.
Cal suspira. —Bueno, bueno. Pero
la siguiente es mía—.
Sin desviar mi mirada de Sav, le
digo: —tu provocaste esto–.
—No soy un pedazo de carne,
Gideon— dice molesta. —No puedes tratarme como si fuera un pavo en una cacería.
La ignoro por completo ya que
necesito saber la respuesta de algo mucho más importante.
—¿Qué estás haciendo aquí?
Ella sonría, pero parece dolida.
—Estoy en una visita
universitaria. Tengo pensado asistir a la estatal.
Una parte de mí se alegra. La
otra mitad se revuelve. De por sí ya me odio a mí mismo, ¿necesito a alguien
que me recuerde la razón por la que soy un miserable ser humano persiguiéndome
por todo el campus? No, no lo necesito.
—¿No crees que sería doloroso
para ti el asistir a la misma universidad que yo?
—¿Por qué?— pregunta fríamente.
Como si no la conociera muy bien, tal vez me esté engañando a mí mismo, pero
puedo ver un poco de dolor detrás de su dura mirada.
—Los dos sabemos por qué. Nos
mataríamos el uno al otro—. No importa cuanta distancia o cuantos cuerpos
pongamos entre nosotros, aún hay una atracción. No podemos negar nuestro pasado
o nuestra conexión, no importa cuánto lo intentemos. Pero, cuando estamos
juntos, nos causamos un dolor inconmensurable.
—Yo ya estoy muerta. Lo deberías
saber. Tú fuiste quien clavó un cuchillo en mi corazón.
Tres años antes
“Savannah era una torpe chica de
secundaria. Con frenillos, cabello raro. Entró a décimo grado completamente
cambiada. Gid le echó un vistazo y un palmazo en el culo.”
-Easton Royal, Paper
Princess.
—Ultimo año, G-man. Vamos a
destruir esto—. Hamilton Marshall III, mejor conocido como Tres, grita desde el
sunroof de mi XXXCAR.
Su novia, Bailey, lo jala de sus
pantalones vaqueros.
—Siéntate tonto. Vas a
decapitarte a ti mismo.
Él baja del sunroof de mala gana.
—Solo me bajo porque me siento
mal por ti bebé. Si mi cabeza sale disparada, te estarás atormentando por el
resto de tus días y no quiero eso para ti. Tú también, G-man. —Él se acerca y
me palmotea el hombro.
Detrás de él, Bailey lanza un
bufido.
—¡Ha! Ya quisieras. Gideon y yo
nos estaríamos consolando el uno al otro y nos olvidaríamos que alguna vez
exististe.
—Di que eso no pasaría, G-man—.
Tres golpea su pecho con su mano dramáticamente —Tu no harías una mierda como
esa.
—¿El código de hermandad se
extiende también a la tumba?— Bromeo. Preferiría cortarme una mano antes de
tocar a la chica de Tres.
—Yo puedo encargarme de ti, bebé—
dice mi hermano Reed a Bailey desde el asiento del copiloto. Él es tan flojo
que no puede ni abrir los ojos o levantar su cabeza del respaldar.
—De ninguna manera. El código de
hermanos existe incluso en el cielo, desde donde estaré vigilándolos a ustedes
tres—. Tres apunta a sus ojos con los dedos y luego los mueve hacia nosotros.
—¿Así que estás diciendo que
quieres que el amor de tu vida y tu mejor amigo sean miserables por el resto de
sus vidas porque eres lo suficientemente estúpido para sacar tu cabeza por el
sunroof cuando tu mejor amigo está conduciendo a ochenta?— dice Bailey.
—Noventa— corrijo.
—Noventa— repite.
Tres frunce el ceño.
—Eso no fue lo que dije.
Reed sonríe.
—Entonces querrías que nos
consolemos el uno al otro. Querrías que Gideon me diera el mejor orgasmo de mi
vida porque quieres lo mejor para mí.
Escondí una sonrisa. Bailey tiene
las bolas de Tres dentro de su bandolera Prada.
—Bzzztt. Tiempo fuera—. Tres hace
el símbolo de T con sus manos —Esto de recibir grandes orgasmos de mi mejor
amigo sobrepasa el límite, incluso si estoy muerto. No voy a disfrutar de mi
vida después de la muerte si tú estás aquí recibiendo el big D del big G.
Ok, tal vez solo una.
—¿De un extraño estaría mejor?
—Definitivamente. Lo que quiere
decir que Reed está fuera del camino también.
Reed hace un gesto de
asentimiento.
—Deberías enrollarte con alguien
Gideon. Es más seguro— me dice Bailey.
—¿Cómo así?
—Primero, porque así no estarías
revolviendo una enorme olla llena de competencia. Ya es suficiente malo con
Easton ahora en Astor. Ustedes tres hacen que sea difícil para la población
femenina hacer algo. Segundo, es más saludable estar en una relación. No
tendrías que preocuparte por una enfermedad de transmisión sexual o alguna
chica haciendo agujeros en el condón. ¿Estás de acuerdo Tres?
—Así es bebé. Bailey ha estado en
control de natalidad desde hace un año.
—La mayoría de las chicas lo
hace— dice Reed, aún sin abrir los ojos.
—¿Qué hay sobre Abby Wentworth?—
sugiere Tres.
—Ugh, no— protesta Bailey.
—¿Qué hay de malo con la chica
Wentworth?— pregunto echando un vistazo hacia Reed. Él es quien ha estado
pasando el rato con ella en la fiesta de Jordan Carrington un par de semanas
atrás —ella se ve agradable.
—Por supuesto que se ve agradable
para ti. Ella es una de esas chicas que siempre es dulce y amable alrededor de
los chicos, pero encuéntrala a solas y ella es bonita y manipuladora— Bailey
tuerce la nariz. —Peor, una chica se ve terrible por estar quejándose todo el
tiempo de ella misma. Como si el resto de nosotras estuviera celosa de ella o
algo parecido.
Tres agarra a Bailey de la cabeza
y la atrae para darle un beso.
—No te preocupes bebé. No tienes
nada de qué ponerte celosa.
—Ya lo sé— dice Bailey,
palmoteando su cabeza como si fuera un lindo perrito. —¿Qué hay de Jewel Davis?
Ella es realmente decente—.
—Suena aburrida como el infierno—
replica Reed.
Estoy completamente de acuerdo
con eso.
—No quiero salir con nadie en mi
último año. Eso hace que la separación sea complicada.
—Ugh. Está bien—. Ella retira la
mano de Tres y se cruza de brazos.
Tres me lanza una mirada de
ayuda. El odia cuando su novia se molesta. Suspirando, respondoro: —¿Cuál es el
plan para esta noche?
Bailey se anima.
—Hay que encontrarnos en Rinaldi
a las 9 y comer unos helados.
—Bien
—Estoy ocupado— dice Reed.
Ocupado mi trasero. Seguramente
va a ir a los muelles a pelear.
—Yo estaré ahí— le aseguro a
Bailey antes de que Tres me dé otra de sus miradas de lástima.
Bailey coge su teléfono y empieza
a enviar mensajes a todos sus amigos.
—¿Alguna petición especial?
¿Emilia, Sasha, Jeannette?
—¿Jeanette no está saliendo con
Dan Graber?— pregunta Tres. —He visto a esos dos chupándose la cara en la
fiesta de Conner Mill en el muelle la semana pasada.
—¿En serio? No tenía idea—.
Bailey hace una anotación en su celular —¿Y qué tal las chicas Montgomery?.
¿Chicas? Yo pensaba que solo era
Shea, y no gracias— me estremezco.
—¿Qué hay de malo con Shea?—
pregunta Bailey.
—Es amiga de Jorddan Carrington.
Prefiero cortarme la polla a tener que pegársela a cualquiera de su grupo.
—No sabía que pensaras eso de
Jordan. Digo, creo que es una serpiente en el jardín, pero nunca creí que los
chicos vieran algo más que sus buenas tetas y su perfecto trasero.
—Oye, ¿y yo qué?— protestó Tres
—Yo fui quien te contó lo mal que me hizo sentir en la clase de educación
física. Todavía estoy trauatizado.
Tres junta sus manos formando una
especie de casa. Está bromeando acerca de tenerle miedo a la pequeña Jordan
Carrington. Él va a ir a Louisville con una beca completa gracias al football. Bailey, por supuesto, también
está inscrita ahí. Tiene que ir a proteger su inversión.
—Por eso me tienes contigo,
bebé—. Le da una palmada en su hombro —Bueno, de regreso a la lista de
invitados. ¿Sí o no a las Montgomery?
—Si, como sea. No me importa–.
Eso no significa que voy a dormir con cualquiera de esas chicas — Invita a
quien tu…
Y ahí fue cuando la vi.
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