CAPITULO 2
Savannah
Tres años antes
Apenas veo entrar al Range Rover
negro al estacionamiento de la escuela, agarro a mi hermana del brazo con
fuerza.
—Ouch, me estás lastimando— chilla
y se sacude para salir de mi agarre.
Estuve a punto de caerme, pero me
enderecé rápidamente.
—Ahí viene— murmuro al mismo
tiempo que trato de alisar mi cabello.
Ella saca mi mano con fuerza.
—¿Qué fue lo que te dije esta
mañana? Actúa relajada. Gideon Royal tiene chicas que se le avientan cien veces
al día. Si quieres llamar su atención, tienes que actuar como si el no
existiera, de otra forma serás otra más que anda mendigando las migajas—. Ella
suspira —Dios, esto es tan vergonzoso.
—Entonces vete— replico. El
tenerla aquí criticándome no es de mucha ayuda para mi débil autoestima.
—No puedo dejarte. Tengo una
reputación que mantener y no voy a dejar que la arruines—. Entrelaza su brazo
con el mío —ahora sonríe para que todos piensen que en la familia Montgomery se
aman los unos a los otros.
—Nos amamos los unos a los otros,
idiota. Además, mi trabajo es detrás de las cámaras, no en frente de ellas—. Digo
recordándole mis ambiciones de dirigir y escribir películas.
—Como sea— Pero ella acerca aún
más a mí y ese ánimo que me da sin palabras, hace que mi nivel de ansiedad baje
a un nivel soportable.
Gideon está conduciendo, como
siempre. Reed está con él, pero no conozco a las dos personas de atrás.
—¿Quiénes son las personas que
están con Gideon?— pregunto.
—Tres y su novia, Bailey— dice
Shea sonriendo falsamente para luego dirigirse a un grupo de chicas que están a
nuestra izquierda. Intercambia unos besos al aire y abrazos leves con un par de
ellas, no muy de cerca para que su ropa no se desarregle o arruinar su
maquillaje.
Ahora lo entiendo. Esta mañana,
estuve una hora aplicando miles de capas de maquillaje. Mis labios tienen tres
diferentes tipos de color. Gradiente, como me dijo Shea. Estuve repitiendo un
tutorial de Youtube por cinco horas para lograr este efecto. Conscientemente,
froto mis labios, por lo cual me gano un fuerte codazo.
—Vas a arruinarte el lipstick—
murmura mi hermana.
Separo mis labios.
—Ahora pareces un pescado.
Cierro mis labios con fuerza.
Shea suspira. —Esto nunca va a
funcionar. Oh, mierda.
—¿Qué?— bajo la mirada a mi
uniforme. ¿Tengo una mancha? ¿Mis medias están torcidas?
—No. El cebo está a tu derecha.
Sonríe— me ordena— ¡Buenos días Jo! ¡Tali!
—¡Shea!— Dos chicas corren
rápidamente golpeando elegantemente sus tacones en el pavimento.
—¡Jo! Me encanta tu abrigo. Es…
¿J. Crew?— pregunta Shea, llevando su sonrisa falsa a un nivel máximo.
Tali y yo jadeamos ante el
insulto.
Jo entrecerró los ojos. —¿Has
estado pasando mucho tiempo en la informalidad que ya no reconoces una marca
decente? ¡Es de Fendi!— Agarra a Tali de la muñeca. —Vámonos. No quiero caminar
cerca de los cubos de basura.
Jo se aparta, arrastrando a Tali
detrás de ella.
—¿Qué fue todo eso?— le pregunto.
La pelea terminó antes de que empezara y no sé quién fue el vencedor.
—Alerta. El objetivo se está
acercando— responde Shea. —Y eso fue para deshacerse de la competencia. Jo ha
deseando meterse entre los pantalones de Gideon desde que descubrió lo que era
un pene.
—Oh. Um, ¿gracias?— supongo que
mi hermana ganó. Esa fue una pelea muy extraña.
Ella olfatea delicadamente. —¿Quieres
atrapar al tiburón más grande? Tienes que deshacerte de todos los señuelos—.
Luego, ella agita su mano para saludar a Gideon. —Buenos dí…
Pero una chica se acerca a los
Royals antes de que Shea pueda llamar su atención.
—Oh, Dios. Ella no, — murmura
Shea con desprecio.
“Ella no” se trataba de Jordan
Carrington. Si Astor Park, o como me gusta llamarlo Asshole Park, estuviera lleno de depredadores, Jordan sería una de
las más grandes amenazas. Shea me dijo que en su segundo día de escuela, Jordan
se peleó con una de las chicas más populares del último año, Heather Lange. Las
dos se enfrentaron lanzándose insultos que me hicieron estremecer y eso que ni
siquiera estaba ahí.
Heather Lange dejó Astor después
del Día de Gracias y nunca regreso. Yo pensé que su papá perdió su trabajo y ya
no podía pagar la matrícula. Nunca relacioné a Jordan con la partida de
Heather, hasta la extraña charla que papá nos dio a Shea y a mi acerca de ser
agradables con Jordan Carrington.
“¿Por qué?”, recuerdo que
pregunté.
“Porque es una pequeña mocosa
vengativa y tiene a su viejo comiendo de la palma de su mano”
Desde esa vez, Shea lo asimiló y
pretende que Jordan es capaz de caminar sobre las aguas, así que no habría nada
que pudiera opacar su ropa, bolso o zapatos. Y definitivamente no iba a
interrumpir el ataque de la piraña a los chicos Royal.
—Buenos días Gid, Reed— dice
cantando.
—Que perra—. Shea me agarra otra
vez de la muñeca y empieza a arrastrarme. —Vamos.
Planto mis tacones. —No. ¿Por
qué?
—No tiene sentido desafiar a
Jordan. Deja que se mueva y veremos cuál Royal se aparta primero.
—No—. Me retuerzo —no estoy
interesada en cualquier Royal. Quiero a Gideon.
Shea pisa hacia atrás. —Esto no
es un restaurante. No puedes ir y pedir a uno de ellos fuera del menú.
La miro.
—¿Eso no es lo
que está haciendo Jordan? ¿Decidir cuál de los Royals es el que quiere?
—Tú no eres
Jordan.
—Maldita sea, no
lo soy. Pero no me desperté a las cinco de la mañana y estuve dos horas
alisándome el cabello y maquillándome solo para rendirme antes de que tenga la
oportunidad de presentarme—. Cruzo mis brazos sobre mi pecho.
Shea lanza un
gran suspiro. —Está bien, pero si Jordan va detrás de ti, no te conozco—. Luego
ella levanta el mentón, tira del botón de su blazer y se pega al rostro su mejor
sonrisa de club campestre.
—Luces como si
estuvieras en el concurso de Miss Bayview.
—Cállate y
sonríe, tonta— dice sin mover sus labios. —Ahí vienen.
Me doy vuelta y
casi me caigo. Tiene razón. Gideon está a unos pocos metros. Lo suficientemente
cerca para que pueda admirar el ajuste de su camiseta dentro de su desabotonada
camisa y blazer del uniforme.
Tres está
diciéndole algo que le resulta gracioso. La comisura de su boca está erguida.
La novia de Tres le da una palmada en el brazo. Gideon oculta su risa llevando
una mano a su nariz, pero Bailey lo escucha reírse y le da un leve lapo. Gideon
la agarra y la coloca debajo de su brazo.
—Dios, ella es
tan afortunada— suspiro.
—Sip— Shea me da
la razón.
Observamos como
Tres aparta a Bailey de Gideon, diciendo algo con una rabia simulada a lo que Gideon
levanta las manos inocentemente. Todo ese rato, Jordan camina al lado de ellos
recibiendo únicamente la mínima atención por parte de Reed.
Tal vez Jordan
no es competencia después de todo. Gideon no parece estar interesado ni un poco
en ella. Dios, es hermoso. Los rayos de sol parecen estar siguiéndolo, proporcionando
a su perfecto cuerpo el más maravilloso fondo otoñal. Podría mirarlo todo el…
Una mancha
aparece en mi línea de visión.
—Hey Shea— dice
la mancha. —¿Quién es esta?
Levanto mi
cabeza hacia la mancha, pero esta se mueve también. Con el ceño fruncido, miro
arriba a la mandíbula cuadrada del senior Aiden Crowley y sus dos minions,
Tonto y Mastonto.[1]
—Es mi hermana—
Shea deja caer su cabello sobre su hombro. —Savannah, este es Aiden Crowley.
—Sí, lo sé.
Gusto en conocerte—. Sostengo su mano mientras trato de localizar a Gideon.
Mierda, él nos va a pasar por alto gracias al estúpido de Aiden.
Apenas noto
cuando Aideon toma mis dedos y se acerca más a mí. —Wow. Pequeña Savannah
Montgomery, toda una adulta. La última vez que te vi, juraría que tenías
brackets y …otro cabello?
—Increíble lo
que una plancha y un poco de maquillaje puede hacer—. La dulce voz que viene
con un poco de veneno pertenece a Jordan.
Me congelo
cuando se detiene en frente de nosotros. Ella me da una malévola sonrisa, la
cual soporto porque Gideon se detuvo también.
—Es una lástima
el olor a segundo año—, comenta Jordan. —Eso es algo que ni una botella de un
buen perfume puede quitar.
—Todos lo hemos
tenido alguna vez—, advierte Bailey.
—Pero Jordan
solo ha olido a rosas ¿verdad?— dice Aiden.
—Que estupidez—,
Gideon tose sobre su mano.
Jordan lanza a
Gideon una mirada feroz al mismo tiempo que entrelaza su brazo con el de Aiden.
—Si tú lo dices Addy.
¿Addy? Arqueo una ceja en dirección a
Shea, quien nuevamente me tira un codazo en el estómago. Demonios. ¿Cómo se
supone que me mantenga firme si ella sigue haciendo eso? La empujo gentilmente
a un lado para que nadie se dé cuenta.
Un bufido
ahogado llama mi atención. Miro arriba y encuentro a Gideon sonriéndonos.
—Apuesto que
ustedes dos son familia— comenta. —Me recuerdan a mis hermanos y a mí.
—Si, bueno, no
puedes vivir con ellos y tu mamá dice que no puedes matarlos—. Me acerco y despeino el cabello de mi hermana.
–Para—. Ella golpea mi mano y me da una mirada de te voy a matar.
—Sip, hermanos. ¿No son lo mejor?— Gideon guiña.
Mi corazón explota. —L-l-lo mejor—, balbuceo.
Detrás de mí, Shea gime. Todo el mundo
sonríe. Todo el mundo menos Jordan.
En su lugar,
ella pone los ojos en blanco y entrelaza su brazo con el codo de Gideon.
—Vámonos chicos— dice, dirigiendo al grupo lejos de nosotros. —Estoy pensando
en tener una fiesta y me preguntaba si ustedes pueden darme unos tips acerca de
cuánto licor necesitaremos. ¿Les dije que mi papá está trabajando con el agente
de Kendrick Lamar? Tal vez pueda presentarse en el baile de otoño.
Gideon se
sorprende. —¿Kendrick Lamar? Eso sería estupendo, Jordan.
—Lo sé ¿verdad?
Su música es tan interesante—. El resto de la conversación fue muy silenciosa
para que Shea y yo pudiéramos escuchar.
—¿Realmente
conoce a Kendrick Lamar?–, pregunto en voz alta.
—Tal vez. ¿Quién
sabe?— Shea voltea y endereza el cuello de mi blazer. —Lo hiciste bien hasta la
última parte. Por favor, trata de decir oraciones completas cuando estés con
Gideon. Nadie quiere salir con una idiota.
Mis mejillas se
sonrojan. —Gracias, Shea.
Ella ignora mi
sarcasmo y me da unas palmadas en el rostro. —De nada. Vamos adentro.
Giramos para
seguir a Jordan y a los Royals. Al inicio de las escaleras, encontramos a
Jordan parada a un costado, escribiendo algo en su celular.
Yo quería pasar
al lado de ella sin decir nada. No hay necesidad de provocar a la bestia, en mi
opinión, pero Shea se detiene.
—Hey, Jordan.
Jordan levanta
la cabeza ligeramente, no lo suficiente para vernos, pero sí para percatarse de
nuestra presencia.
—Shea, dile a tu
hermana que mantenga su lengua dentro la boca. Estaba que babeaba sobre los
zapatos de Giddy.
—Le daré el
mensaje— Shea responde secamente y luego me jala hacia arriba de las escaleras
antes de que pueda dejar escapar algún insulto.
—¿Giddy?—
pregunto con incredulidad una vez que las puertas se cerraron detrás de
nosotras.
—Es suficiente
para hacerte vomitar— afirma Shea. —Pero es lo que es. Jordan está al tope. No
la antagonices o te irá mal.
Asshole Park está
resultando ser la pesadilla que pensé que sería. Paso mi mano por mi cabello
lacio.
Esta escuela está
llena de cientos de niños de las mejores familias del sur. Y por mejores, me
refiero a que tienen dinero. Pero incluso aquí, hay una jerarquía. Aquí hay dinero viejo[2],
cuyos orígenes a nadie le gusta reconocer. Después está el dinero nuevo, el
cual a menudo tiene un sucio lugar de origen. Luego, están los estudiantes
becados quienes o tratan de casarse con el dinero o crear su propio terrible
legado. Básicamente, todos aquí tratan de comerse el plato de todos los demás.
Ha sido de este
modo desde la escuela media. Creo que es cuando empezamos a notar por primera
vez que podemos separarnos los unos de los otros basándonos en qué tan lejos
del Mayflower podemos rastrear nuestro árbol genealógico.
Shea y yo
venimos del dinero nuevo fabricado en algún lugar de la tierra como los Royals.
No quedan muchas familias de dinero viejo, al menos no que tengan dinero
actualmente. Creo que esa es la razón por la que muchas chicas están
alborotadas por los cinco hermanos Royal. Es una oportunidad para pulir su
árbol familiar.
Esa no es la
razón por la cual estoy enamorada de Gideon Royal. Y tampoco es porque es un
chico encantador. No es que sea alto, de pelo oscuro, su musculatura enmarcada
te quita el aliento, pero no es eso tampoco.
Es porque Gideon
Royal, a pesar de su rumoreada frialdad, fue amable conmigo cuando más lo
necesitaba. Nunca olvidaré ese momento. Él se robó mi corazón y ahora siempre
lo tendrá.
Ahora tengo un
año con él para averiguar cómo ganar esto.
[1]
Dumb and Dumber
[2] Se
refiere a las herencias
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