Savannah
Presente
Hay cerca de cincuenta chicas
viviendo en esta fraternidad, pero el domingo a las siete de la mañana, solo
pocas están despiertas. Algunas están alistándose para la iglesia. Otras, como
Kira y yo, están encorvadas sobre sus tazas de café, habiéndose levantado temprano
porque su compañera de habitación, Jisoo, es adicta a salir a correr.
Kira y ella se toparon hace solo
un par de horas y Jisoo estaba tan borracha que apenas podía pronunciar
palabras de una sola sílaba. Agua, por ejemplo, el agua se discernió de su
libro de texto de ciencia que tenía la imagen de una gota en la portada. Sacó
una manta extra de su armario, luego de verla frotar sus manos hacia arriba y
debajo de los brazos varias veces. Sentí como si estuviera jugando charadas con
un mimo. Un mimo ebrio. Un mimo ebrio que de alguna manera está apto para
levantarse de su cama y ponerse sus zapatillas color naranja-neón para correr
tan pronto como el sol sale por el horizonte.
Luego de media hora de intentar
inútilmente volver a dormir, arrastré mi trasero fuera de la cama. Kira, con
sus ojos legañosos, me siguió bajando las escaleras donde nos sentamos,
bebiendo café y esperando a que Jisoo regrese.
“No hay mucha gente despierta,”
comentó.
“La semana de atiborrarse empieza
mañana,” responde Kira, su voz está ronca por el sueño. “Todas estuvimos en
nuestra última fiesta antes de empezar a inhalar Red Bull para sobrevivir a las
noches en vela. Te vi caminando con tu ex la otra noche. ¿Está todo bien?”
El camino hacia la fraternidad
desde el campus nos llevó por la casa Sigma Chi, donde mis próximas hermanas
estaban pasando el rato.
“Llegamos a un acuerdo de no
pelear más.”
“¿Es un cese al fuego o tregua
permanente?”
“Tregua permanente. Estoy cansada
de ser la chica mala que siempre termina por hacer que el resto la odie.”
“Te amamos. Además, me encantan
tus comentarios sarcásticos. Tu eres lo suficientemente valiente como para
decir lo que nosotras siempre pensamos.”
“Creo que quieres decir que soy
lo suficientemente torpe para decir lo que debemos mantener en nuestras
cabezas.”
Ella estudia mi expresión. “No
suenas feliz por haber hecho las paces con Gideon.”
“Siento…como si hubiera perdido,”
confieso. “Y que soy una estúpida por dejarlo atrás.”
“¿Qué es lo estúpido de eso?”
Señalo hacia mi pecho. “Esa cosa
aquí dentro. Todavía tengo sentimientos por Gideon.” Suspiro tristemente. “Él
tiene razón. Si lo odio tanto es porque aún me importa.”
“Tal vez no lo odies,” argumenta
Kira. “Tal vez el odiarlo se ha convertido en un mal hábito para ti, como
fumar.”
“¿Cómo no podría odiarlo? Él me
engañó. Y no con una chica joven o una sexy senior, sino con una mujer mayor.”
Hago una mueca. “Creo que estaba casi en sus treintas.”
Kira retrocede en estado de
shock. “¿Qué? ¡Yo pensé que se había acostado con una chica de tu escuela! ¿Era
una profesora? ¿Alguna mamá?”
“La esposa del mejor amigo de su
padre.”
No sabía que los ojos podían
abrirse tanto los de Kira.
“¿Estoy despierta, cierto?” ella
pregunta. “No estoy soñando que formo parte de un episodio de Real Housewifes, ¿verdad?”
Una sonrisa reacia aparece en mi
rostro y estoy agradecida de que ahora puedo reírme de mi estúpido y trágico pasado.
“Sí, y no creo que alguna de esas mujeres haya hecho las cosas que Dinah hizo.”
“Wow. Ok. Veo venir una historia
jugosa y no quiero hacértela contar dos veces. Vamos a esperar a que regrese
Jisoo.”
Kira coge su celular para revisar
el progreso de Jisoo. Las dos se rastrean a la otra mediante sus celulares. Es
lindo ver lo mucho que se preocupan la una por la otra.
“Oh, ya casi llega.” Kira inclina
la pantalla para que pueda ver.
Como dijo, Jisoo aparece un rato
después, sin aliento y sudorosa. Kira no la deja tomar ni siquiera un vaso con
agua. “Ve y báñate ahora mismo.”
“Estoy sedienta,” se queja Jisoo,
mirando vehemente sobre sus hombros mientras Kira la empuja hacia la puerta.
“Puedes beber en la ducha.”
“Eso es asqueroso.”
“Dale a la perra quejumbrosa un
vaso de agua,” me ordena Kira.
Le hago un saludo a Kira y voy al
refrigerador.
“Necesito que tenga hielo,” grita
Jisoo.
“Necesitas ducharte.”
Las dos continúan discutiendo,
sus voces se debilitan mientras Kira empuja a Jisoo arriba de las escaleras.
Agarro el vaso con agua y las sigo. A mitad del pasillo, veo mi reflejo en el
espejo.
Mi cabello está rebelde ahora.
Pequeños rizos rodean mi frente. El liso habitual está estropeado por ondas y
espirales. Paso una mano sobre el desastre. Cada mañana, me levanto temprano
para alisar mi cabello porque pensaba que a Gideon le gustaba así. Gasté un
montón de mi tiempo con Gideon, tratando de ser como a él le gustaba y después
mucho tiempo odiándolo a él y a mí misma.
Kira aparece al inicio de las
escaleras. “¿Pasa algo malo?”
“Odio mi cabello”
“¿Qué? Tu cabello es asombroso.
Muy sexy.”
“Se ve como si alguien hubiera
metido mi dedo en un toma corriente.”
Kira trota bajando las escaleras
y me aleja del espejo. “Amo tu cabello. Es inusual. Cada chica aquí mataría por
tener tu cabello. No sé por qué te lo laceas todos los días. ¿Por qué lucir
como el resto cuando puedes ser diferente?”
“Tu cabello no es liso y plano.”
Señalo los virtuosos rizos de Kira.
“Exacto.” Ella rebota una mano
por debajo de un lado de su cabello. “Es grande y es fabuloso.” Ella me giña un
ojo y me lleva a la habitación. “Pregúntale a Jisoo.”
“¿Preguntarme qué?” pregunta
Jisoo.
“¿Te gusta el cabello natural de
Sav o qué?”
“Me encanta. He tenido
pensamientos súper envidiosos sobre él.” Jisoo recibe el vaso de agua y hace
gestos para que me siente sobre su cama. “Definitivamente deberías tirar la
plancha alisadora.”
Me siento al final de la cama
mientras ella deja el vaso vacío.
“O no,” Kira interviene. “Si la
alisadora te hace sentir mejor, entonces adelante. Quiero decir, yo me pongo
labial y mascara de pestañas todos los días no porque quiera lucir sexy para un
chico pero me hace sentir mejor conmigo misma. Me gusta cómo se me ve. Así que
si tu prefieres tu cabello lacio, úsala, pero tus rizos son preciosos y no
deberías tener miedo de mostrarlos.”
“Cierto.” Jisoo deja el vaso, saca
la silla de su escritorio y me señala con el dedo. “Ahora, cuéntanos la
historia y cómo podemos ayudar.”
“Les daré la versión corta,
porque gastar cualquier cantidad de tiempo en esa horrible persona va a
arruinar un hermoso día. El papá de Gideon es Callum Royal. Él ha sido mejor
amigo y compañero de negocios de un tipo llamado Steve O’Halloran por toda su
vida. Steve es un tío no oficial de los Royal. Hace unos años, él se casó con
Dinah, quien se ve como un ángel pero es en realidad un demonio. Él fue a su
penthouse una noche y,” respiro profundamente, empujando más allá de las
punzadas de dolor que aprietan mi corazón mientras llego a la siguiente parte.
“Y durmió con ella. Él se acostó con Dinah.”
“Wow.”
“Eso es terrible. Sabía que él te
había engañado, pero eso es terrible.” Jisoo se levanta de su escritorio y se
sienta a mi lado.
Kira se acerca a su mesa de noche
y luego se nos une. Ella coloca un puñado de chocolates kisses en mi palma. “Come. Es una buena medicina.”
Jisoo toma uno. “Trae la mochila,
hermana. Vamos a necesitar una descripción completa. ¿Qué pasó después? ¿Cómo
te enteraste?”
“Ella me envió un mensaje.”
“¿Ella qué?” exclamó Jisoo.
“¡Que perra!” Kira jadea.
Asiento. “Sí, al día siguiente,
ella me envió un mensaje diciendo que mientras yo era una dulce chica, era solo
una niña y un hombre como Gideon necesitaba una mujer para satisfacer todas sus
necesidades.”
“Que vulgar.”
Kira asiente de acuerdo. “Muy
vulgar.”
“Y luego ella envió un paquete de
atención básica.”
“¿Un qué?”
Se me quedan mirando sorprendidas.
Empiezo a reír. “Sí, estaba lleno
de cosas como sopa de pollo, helado, un certificado para un spa, un libro de
cómo superar un mal rompimiento. Ella se disculpó otra vez y me aseguró que era
lo mejor.”
“¿Qué hiciste?”
“Al inicio, nada. Estaba muy
impactada. Luego llamé a Gideon y le pedí que nos encontráramos. Vi la culpa en
su rostro. No lo dejé decir ni una palabra. Salí del auto y corrí hacia mi
casa.”
“¿Te dio alguna explicación?”
pregunta Jisoo.
“Él me dijo que lo lamentaba pero
no quería herirme así que debíamos terminar.”
Jisoo me da una palmada en el
hombro. “Dios, pobre chica.”
Kira desenvuelve otro chocolate y
lo lleva hacia mi boca. Lo como con agradecimiento, dejando que el sabor
dulcemente amargo se derrita en mi lengua. Jisoo me empuja sobre su pequeño
cuerpo y Kira me encierra por el otro lado.
“Lo bueno es que estás con
nosotras ahora, y nosotras te vamos a ayudar, así como Shea lo hizo. No estás
sola.”
“Eso es cierto. Somos hermanas de
por vida.”
Casi empiezo a llorar. Creo que
se me acabaron las lágrimas hace un par de años, pero cuando veo los rostros
preocupados de estas chicas que acabo de conocer hace unos días, estoy abrumada
y un poco molesta conmigo misma. Podría haber tenido amigas como ellas en la
secundaria.
La hermanastra de Gideon, en
efecto, se acercó a mí, pero rechacé su mano lo más rápido que pude. Me
molestaba porque ella estaba en la casa de los Royal. Odiaba cómo todos la
querían. Me molesto que se negara a escuchar mis advertencias sobre el
mugriento de Daniel Delacorte. Cuando la vi en la casa de piscina con él, sabía
qué iba a pasar. Gracias a Dios encontré a Reed. Estaba preocupada de que fuera
demasiado tarde.
Pero hubo un tiempo en el que la
puerta de la amistad estaba abierta y yo la cerré de golpe. Viví los últimos
años por despecho, odiando a todos y a todo—incluyendo a mí misma.
Fue agotador, me di cuenta. Estaba
cansada todo el tiempo porque me tomaba mucha energía recargar mi negatividad.
Me apoyo en el abrazo de mis
nuevas amigas y aparto todas las piezas quebradas de mi corazón, haciendo un
camino para construir algo nuevo. Algo hermoso y fresco y fuerte.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario