CAPÍTULO 8
Savannah
Presente
“Aquí tienes.” Adrian Trahern me devuelve
mi teléfono. Con su afilada mandíbula y sus ojos marrones de ensueño, el
estudiante de segundo año se ve más como si estuviera hecho para estar frente a
las cámaras que detrás.
Deseando estar conmovida por su
buen aspecto, le di una sonrisa. “Gracias. No lo usaré a menos que tenga una
emergencia.”
“Esta será la primera vez que
espero que alguien tenga muchas emergencias, entonces,” bromea.
En el mundo normal, me estaría
lanzando a los brazos de Adrian y le rogaría para que me enseñe todo. Y no me
refiero a ‘todo’ sobre cine. En cambio, me muevo torpemente de un lado a otro,
insegura de mi misma.
Adrian me salva. “¿Entonces
regresarás en Junio?”
“Si.” Esta vez mi sonrisa es
genuina. Es una sonrisa de alivio, no de coquetería, pero al menos es real.
“Estoy ansiosa, pero un poco asustada. Sospecho que podría tener muchas
emergencias entonces.”
Su sonrisa crece. “Estaré
atento.”
Me sostiene la puerta del
edificio de Arte y me hace un gesto para que pase primero. Una chica normal
estaría desmayándose por el evidente interés de un chico tan guapo y encantador
como Adrian, pero todo lo que yo puedo hacer es darle una débil sonrisa.
Maldito Gideon.
“¿Vas a producir toda tu película
aquí durante el verano o tienes algunas partes listas? El equipo de aquí es muy
bueno así que si has filmado algunas escenas de antemano, es posible que desees
volver a hacerlas.”
“Aún estoy en la etapa del
storyboard”, admito.
“Hazme saber si necesitas
discutir algunas ideas o tener más feedback. Editar mi festival de cine de
verano tomó una eternidad porque caí en la trampa digital.”
“¿La trampa digital?” pregunto,
levantando una mano para bloquear el brillo solar de mi rostro.
“Si. Con la cámara digital, no
hay diferencia en el costo entre filmar cinco minutos o cincuenta minutos,
excepto cuando te sientas a recortar todo ese video hasta tener tu corto de
tres minutos.”
“Oh, buen punto.”
“Hay muchos más tips de donde
vino ese.”
“Aquí estás.”
La voz débilmente desaprobadora
de Gideon me detiene en seco. Dejo caer mi mano para encontrar a mi espantoso
ex parado en medio de la acera con los brazos cruzados sobre su pecho. Esa pose
hace que los músculos de sus bíceps sobresalgan, y una traicionera parte de mi
tiembla al recordar esos brazos sosteniéndome.
El cuerpo larguirucho de Adrian
se tensa detrás de mí, pero su tono es leve cuando pregunta, “¿Un amigo tuyo?”
“No. No en realidad,” digo
agriamente.
Gideon pretende que no me escuchó
y saca su mano. “Soy el novio de Sav. ¿Y tú eres?”
Abofeteo la mano de Gideon. “No,
no lo eres.” La parte de atrás de mi cuello se calienta con vergüenza, y lo que
antes había sido una vaga idea se afianza con determinación. “De hecho, voy a
aceptar tu oferta,” le informo a Adrian. “Me encantaría repasar mi storyboard
contigo. ¿Debería enviarte algunas fotografías y podemos reunirnos cuando
llegue al campus en junio?”
El estudiante de segundo año
lanza una mirada de mí hacia Gideon y de regreso. “Claro. Como dije, estaré por
aquí cerca. Tengo una hora libre ahora, si quieres coger el almuerzo.”
“Savage va almorzar conmigo,”
Gideon se interpone.
Adrian levanta sus cejas.
“¿Savage?”
Si fuera propensa a ruborizarme o
desmayarme, estaría postrada en la acera ahora mismo.
“Vete,” murmuro lo más amenazante
posible.
“Ella te habla a ti,” dice Gideon
a Adrian.
“¡No!” La negación sale en voz
alta, como un grito, y los dos chicos giran hacia mí con sorpresa.
“¿Este tipo está molestándote?”
Adrian pregunta suavemente. “Porque puedo llamar a la policía del campus, si te
sientes insegura.”
“Alguien va a estar inseguro en
dos segundos,” gruñe Gideon.
Cubro mi rostro con mis manos. El
teatro del departamento de Artes y Cinematografía está casi a media milla del
grupo de edificios de la facultad de Administración de Negocios. Me convencí a
mí misma que el campus era lo suficientemente grande para los dos, pero después
de dos días de visita, supe que estaba equivocada.
Lo que significa que necesito
lidiar con Gideon. Tengo más sentimientos sin resolver entorno a él de los que
pensaba. Cuando él estaba lejos en la universidad y yo en Bayview, era más
fácil para mí creer que estaba totalmente superado. El verlo, pienso, me trajo
de vuelta todos esos recuerdos. Todos los buenos y los malos también.
“Mira, hombre, no sé quién eres,
pero te estás pasando de la raya,” le advierte Adrian a Gideon. “Savannah,
puedo traer a la policía del campus en menos de cinco minutos.” Me agarra de la
muñeca y me jala cerca de él.
Gideon se lanza hacia adelante, y
me toma solo un nanosegundo para ver cómo acabará todo esto. Gideon golpeará a
Adrian. Adrian tomará represalia, pero Gideon es más fuerte y tiene cuatro
hermanos menores con los que está acostumbrado a pelear. La linda película no
tendrá ninguna posibilidad y mis cuatro años en el Estado estarán marcados por
ser ‘esa chica’.
Me libero del apretón de Adrian y
me lanzo sobre Gideon. Como esperaba, el inmediatamente desvía su atención de
Adrian hacia mí.
“Detente,” le digo con voz
tranquila. “No me arruines esto.”
El lee la seriedad en mi rostro y
asiente renuentemente. “Está bien.” Él retrocede, levantando las palmas de sus
manos frente a su pecho. “No estoy aquí para causar problemas. Quería llevarte
a almorzar.” Extiende una mano más allá de mí. “Soy Gideon, y sí, soy el ex de
Sav. Pero que te conste que planeo cambiar eso, así que puedes perseguirla si
tú quieres, pero debes saber que estaré en la pelea.”
“Gideon,” siseo.
“¿Qué?” Él finge inocencia. “Una
vez dijiste que si mis labios se movían, estaba mintiendo. Estoy tratando de
demostrarte que cambié. Solo la verdad para ti a partir de ahora.”
Detrás de mí, Adrian limpia su
garganta. Se lo que va a decir incluso antes de que me gire a enfrentarlo.
“Tengo planes.” Señala a un punto
fuera de distancia. “Voy a encontrarme...” Se detiene, probablemente recordando
que acababa de invitarme a almorzar.
Suspiro. “Gracias por todo,
Adrian. Te veré por ahí.” Traducción: No voy a llamarte y hacerte sentir súper
incómodo, lo prometo.
Adrian asiente y se va,
lentamente al principio, pero después empieza a trotar, como si no pudiera
alejarse de nosotros lo suficiente.
Tan pronto como se alejó de
nosotros, me giro hacia Gideon. “¿Qué demonios fue eso?”
“Quiero que me escuches.”
“¿Escucharte sobre qué?”
“Sobre todo.”
“¿Por qué?” le pregunto
francamente, tratando de entender su postura. ¿Por qué todavía le importa? ¿Por
qué todavía me persigue? ¿Por qué todavía quiere lastimarme?
“Porque yo…”
Por supuesto, todo es sobre lo
que él quiere. Empecé a caminar, pero me detuve cuando dijo, “No. Porque te lo
mereces.”
Mi indignación se diluye y una
cautelosa sospecha toma su lugar. “¿Merecer qué?”
Una mueca torcida aparece en su
rostro. Sus hombros se encorvan hacia adelante, haciendo que el nadador de seis
pies y dos pulgadas se vea inusualmente vulnerable. “Todo,” dice suavemente.
"Toda la verdad detrás de toda las mentiras que alguna vez te dije. Eso es
lo que te mereces.”
Mi corazón salta y el miedo hace
que mis manos suden. ¿Toda la verdad? ¿Puedo manejar eso? ¿Siquiera me gustaría
saberlo? Si, ¿Eso no era lo que buscaba? Y si finalmente tengo todas las
respuestas y explicaciones, ¿Seré capaz de superar a Gideon?
“¿Cuándo fue la última vez que
viste a Dinah?” dejo escapar.
Una triste curva roza sus labios,
y por un momento espero otra mentira. “Hace un par de semanas,” admite.
Puedo sentir como mis ojos se
dilatan. “¿La viste hace dos semanas y tienes el valor de venir a hablar
conmigo?” Estoy harta de eso. Muy harta. “Desaparece de mi vista. No te acerques
a mí. Hemos terminado. De ahora en adelante, no te conozco.”
Él se lanza frente a mí. “Pude
haber mentido. Pude haber mentido,” repite. “Pude haber dicho que no he visto a
Dinah hace meses o años, pero como te dije —solo la verdad, no importa que tan
dolorosa sea. La honestidad apesta, Sav, y no solo porque la verdad suele ser
más dolorosa que la mentira, sino porque nunca parece haber una recompensa.
Como ahora, por ejemplo. Si hubiera mentido, no estarías a un segundo de huir.
Si hubiera mentido, no estarías molesta.”
Sus palabras están llenas de
verdad y dolor, lo cual me hace enojar más. Avanzo hacia él, sacudiendo mi puño
en su rostro, deseando poder causarle aunque sea una onza del dolor que él me causo.
“Estoy enojada por todo. Me molesta que me engañaras. Me molesta que me
mintieras. Me molesta que hace poco vieras a Dinah. Tengo tantos motivos que es
difícil catalogarlos todos.”
“Lo sé.”
“¿Lo sabes? ¿Eso es todo lo que
puedes decir?”
“No. Estoy dispuesto a decirte
todo, pero ambos sabemos que eso no justificará lo que hice. No borrará el
pasado, pero si necesitas escucharlo, entonces quiero decírtelo.” Él extiende
sus brazos. “Pregúntamelo todo. Pregúntame por qué Dinah estaba aquí hace dos
semanas. Pregúntame qué pasó cada vez que tuve que dejarte abruptamente. Pregúntame
por qué estoy aquí, listo para humillarme frente a ti. Pregúntamelo todo—solo
no te vayas.”
“Entonces dime.” Mi voz es tan
baja que apenas puedo escucharla, las palabras vienen desde el pozo más
profundo de mi corazón. “Dime por qué la escogiste a ella en lugar de mí.”
siguee subiendolooo..
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